¿Sabías que hay una parte de tu cuerpo que probablemente estás olvidando lavar en la ducha, y podría estar albergando millones de bacterias? ¡Descubre todo sobre la higiene corporal y esta zona olvidada!
Cuando nos duchamos, hay determinadas partes del cuerpo que muchas veces descuidamos limpiar adecuadamente. Sin embargo, dejar que estas zonas acumulen impurezas y bacterias puede provocar diversos problemas en la piel o incluso infecciones. Descubre estas zonas que muchas veces se descuidan a la hora de lavarte y cómo mejorar nuestra higiene personal.
Las zonas más olvidadas en la ducha
Es sorprendente comprobar que determinadas zonas de nuestro cuerpo se omiten habitualmente durante nuestra higiene diaria. Entre ellas :
- La espalda Aunque de difícil acceso para muchos, esta parte del cuerpo puede acumular numerosas impurezas (sudor, restos de champú, células muertas).
- Las orejas : su forma compleja y el riesgo de irritar el canal auditivo pueden disuadirte de permanecer allí.
- Pies : por negligencia o simple facilidad, no siempre se lavan correctamente aunque contengan muchas bacterias.
- El ombligo : este pliegue inaccesible a menudo se ignora pero resulta ser una verdadera trampa para la suciedad y las bacterias.
Nuestros consejos para una higiene personal óptima
La temperatura y duración de la ducha.
En primer lugar, es fundamental procurar que la temperatura del agua no sea demasiado alta para no dañar nuestra piel. Además, reducir la duración de la ducha también preservará nuestra piel y ahorrará agua.
Los productos utilizados
Elige uno gel de ducha o jabón adaptado a nuestro tipo de piel y respetuoso de sus necesidades es fundamental. Se deben evitar en la medida de lo posible los productos que contengan sustancias agresivas o irritantes y optar por fórmulas más suaves y naturales.
Limpiar el rostro desde la raíz del cabello hasta el cuello.
Se debe lavar la cara suavemente, sin olvidar el contorno de los ojos y las zonas cercanas a las orejas, así como todas las demás extremidades de la cara como los labios y las cuencas de la parte baja del cuello hacia las clavículas. Muchas personas descuidan estas zonas que requieren una limpieza adecuada con un producto especializado como un gel limpiador facial.
El uso de accesorios y exfoliación.
Para llegar a zonas de difícil acceso, como la espalda, no dudes en utilizar una esponja larga, un cepillo o incluso simplemente una toalla. Una exfoliación semanal también es una buena forma de limpiar en profundidad estas zonas de difícil acceso y prevenir la proliferación de bacterias.
Recuerda lavar cada zona de nuestro cuerpo:
El torso
Hay que lavar bien el torso, especialmente en las axilas donde se encuentran las glándulas sebáceas. Tampoco olvides el pliegue ubicado debajo de los senos que puede acumular sudor y crear irritación o incluso infecciones si se descuida.
Partes privadas
Es necesario limpiar bien tus partes íntimas para prevenir infecciones y malos olores y también para mantener el equilibrio de la flora vaginal mediante movimientos suaves y el uso de productos específicos.
Pies
Hay que tener en cuenta que se debe tener cuidado de lavar y secar entre cada dedo para evitar hongos u otras formas de infección.
Después de la ducha: sécate bien e hidrata tu piel
Una vez salgas de la ducha, es imprescindible secarte bien con una toalla limpia. Concéntrate en las zonas que retienen más humedad como los pliegues (axilas, ombligo, dedos de los pies) para evitar el desarrollo de hongos u otros problemas de la piel. Sigue la ducha con la aplicación de un Crema hidratante También es un buen hábito a adoptar para mantener la salud y belleza de nuestra piel.
No olvides los demás elementos de higiene personal:
Además de los consejos anteriores, se recomienda:
- Utilice el agua de la ducha para enjuagarse la boca y la nariz para eliminar las impurezas.
- Cepilla tu cabello diariamente para evitar que se enrede o se engrase por su contacto con nuestro cuerpo durante el día; utilizar un champú adecuado y desenredante.
Siguiendo estos consejos y prestando especial atención a estas zonas que a menudo se descuidan en la ducha, podrás mejorar tu higiene personal y reducir los riesgos relacionados con la proliferación de bacterias en nuestra piel.
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